No hay abrazo
que detenga este viento.
Gemirá otra vez
el campo herido de amapolas,
será violada
la pesada puerta del silencio
y llegará
inexorable
fatal
estrepitosa:
la sinfonía de la muerte.
No hay abrazo
que detenga este viento.
Gemirá otra vez
el campo herido de amapolas,
será violada
la pesada puerta del silencio
y llegará
inexorable
fatal
estrepitosa:
la sinfonía de la muerte.